Toca el timbre
una jornada más.
Cargas pesadas
niños oprimidos
lágrimas que enjuagan
el sudor de pequeños cuerpos
miles de corazones adoloridos.
Destructores de niñez-
Sólo llorar en silencio calma
sólo esa parte de riqueza
pan maldito
apacigua cuerpo y alama.
Sed de paz, de justicia, de amor
compasión, solidaridad.
Sed que llama a luchar.
Por Diana Liviapoma DILÚ
1 comentario:
Aunque el tema es interesante, creo que el poema carece de ritmo.
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